Regula Benedicti.  Organización del tiempo y del espacio.

Un modelo de gestión que es “un camino para una buena dirección” 

Liderazgo, organización, funciones, sacrificio, coherencia, ejemplo, esfuerzo, paciencia, generosidad, disciplina, guía, inspiración, compromiso, pertenencia,… un camino para una buena dirección.

En cada empresa, en cada casa, en cada despacho, en cada monasterio, en cada celda,… y para empezar y al acabar, en cada cuerpo, en cada vida, es básico trabajar nuestra misión individual, nuestra razón de ser.

No tiene sentido hablar de la Misión de la empresa, si no se trabaja la propia. Nunca es tarde para empezar y si ya se ha hecho, es bueno refrescarlo.

A nivel profesional, sería ideal  encontrar ese espacio donde hacer confluir nuestra misión, o parte de ella, con nuestro trabajo remunerado, con una misión y unos valores compartidos.

Para que la misión de la empresa sea compartida y participada por las personas que forman la organización, es necesario:

  • Que en la misión, cada uno vea parte de sus objetivos vitales reflejados.
  • Un sistema “organizativo” que facilite la misión con unas “reglas” establecidas y respetadas.
  • Formación común e individual. Trabajos específicos y funciones de servicio rotativos.
  • Un liderazgo coherente basado en el ejemplo.
  • Reconocimiento a la veteranía y celebración.

Sólo entonces se logrará una implicación, un compromiso y un sentimiento de pertenencia, inmune al paso del tiempo y a aspectos meramente materiales.

Una organización presente en los cinco continentes, inmune a modas y al paso del tiempo, que se adapta a la sociedad, a la cultura del lugar donde se encuentra y de la época que le ha tocado vivir. Una organización que trabaja para ser autosuficiente, que está al día, que estudia y profundiza en conocimientos, que está en contacto con el sufrimiento, las alegrías y miserias de la sociedad, y que también sufre los vaivenes de las crisis de todo tipo.

Pero también nos encontramos con una comunidad que:

  • Mantiene sus valores fundacionales de hace mil años
  • Se centra en lo esencial,  desterrando lo superfluo y perecedero
  • Traba su razón de SER y de HACER, con esfuerzo y sacrificio
  • Sus miembros encuentran en el camino, profunda alegría y felicidad
  • Se centran y tienen muy presente aspectos esenciales, que acompañan al ser humano desde siempre, y que todos, por el mero hecho de estar vivos, nos cuestionamos y a los que damos valor tarde o temprano.

En el año 2010 empecé a estudiar y  a analizar el modelo de organización, gestión y liderazgo de las comunidades benedictinas, con su Regla Benedictina, categorizando las diferentes áreas de intervención, sus dimensiones,… listando las buenas prácticas,…  y empecé a trabajar, primero a nivel individual, probando en primera persona lo que si funcionaba iba a prescribir, compartir y proponer  a otras personas y posteriormente a otras organizaciones.

No me cabía la menor duda, funciona, es un sistema UNIVERSAL y COMPLETO, que desarrolla tanto a la persona como a la organización.

Empezar a aplicarlo no es fácil, pero el esfuerzo vale la pena. Es necesario creer en las propias capacidades, en las de los demás y en la fuerza de la comunidad/organización,  como un todo.

Deseo compartir este nuevo-viejo enfoque, así que iré colgando reflexiones al respecto.

Cuidaros mucho en esta época complicada que nos ha tocado vivir,…  estamos en contacto.

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Alberto Arqued

Ceo  & Founder

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