Tomar decisiones de forma afectiva no es tarea sencilla y a la vez resulta crucial para un buen liderazgo. Y este es precisamente el tema que hoy queremos abordar, pero desde la perspectiva del filósofo Alasdair MacIntyre, de la Universidad de Boston, que alude 4 aspectos fundamentales para una toma de decisiones efectiva:
Veracidad sin caer en la simplicidad
Cuando miramos al corto plazo, un enfoque simplificado a la hora de resolver un asunto puede resultar satisfactorio. Sin embargo, cuando los problemas son complejos, recurrir a simplificar no es la forma más idónea para obtener respuestas sólidas y fiables a problemas complejos.
Ser justo al evaluar costos y beneficios
Todas las personas involucradas en la toma de decisiones deberían tener la oportunidad de valorar costos y beneficios. Ello potencia la toma de conciencia e invita a la responsabilidad, una responsabilidad compartida sobre las decisiones que se toman.
Cuando hablamos de ser justos nos referimos a que la opinión y visión de todos aquellos que soportan riesgos y peligros importe y además estén continuamente informados.
Planificar proyecciones
O lo que es lo mismo, un buen líder debe ser capaz de planificar y manejar sobre lo desconocido teniendo en cuenta los cambios, haciendo una previsión de dónde es probable que ocurra y estableciendo prioridades.
4) Flexibilidad para adaptarse al cambio planificado e implementado y, en respuesta a nuevas condiciones planificando e implementando nuevamente. Este enfoque iterativo es esencialmente un proceso de aprendizaje; atenúa nuestra tendencia a permitir que las necesidades inmediatas nos dicten soluciones a corto plazo.
En este sentido, a través de estas 4 características la idea es formular procesos de mayor nivel analítico y fomentar una toma de decisiones socialmente responsable.
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