CAZAFANTASMAS en las organizaciones

 

VIDEO EXPLICATIVO:  Gestión de comunicación violenta o Cazafantasmas

En las relaciones profesionales, todos conocemos o hemos conocido a esa persona con mal genio, con mucho «carácter».

Automáticamente la encasillamos en nuestra mente, la «etiquetamos».

Y al hacerlo, nuestra postura, mirada, tono de voz, ritmo, volumen,… nuestra comunicación no verbal (CNV), que es consecuencia inconsciente de la forma de pensar consciente, refleja y transmite esa etiqueta y lo que a mí me causa y para mi representa.

Entonces el «otro» esa persona etiquetada, capta lo que sin palabras transmitimos, respondiendo consecuentemente, cumpliéndose entonces automáticamente nuestra predicción, esa «profecía autocumplida» y el «efecto Pigmalion» de Robert K. Merton,  y reforzando esa relación y comunicación muchas veces tóxica, convirtiéndose en un círculo pernicioso y vicioso.

Rompamos estas dinámicas, cambiemos nuestra forma de pensar en las personas y de «pensarnos», de tal manera que cuando vayamos a interactuar con una persona con carácter «fuerte»,  ya no la veamos cómo tal, sino como una persona que se siente amenazada por algún motivo, con carácter débil para controlar su temperamento fuerte, veámosla como una persona que ha construido una careta para protegerse de sus miedos, carencias, experiencias dolorosas, frustraciones y carencias, como un/a  déspota que cree empoderarse tratando mal a los su alrededor.

Haciéndolo, cambiando nuestra percepción, aportando compasión vs desprecio, comprensión vs miedo, cambiará nuestra CNV, emitiendo unas señales y mensajes diferentes,  evitemos que nos afecte y observemos con distancia.  Emitamos un mensaje que transmita que «puedes dar otras consignas, corregir el trabajo, cuestionar actitudes,… pero que no es necesario las malas formas, con ello se perjudica el clima y la imagen del  emisor «.

Cuando el destinatario de esas malas formas tiene un rol jerárquico similar o inferior,  se hace más fácil gestionarlo, el problema es cuando quien ejerce esa comunicación violenta tiene un rol superior. El sufrimiento y la impotencia que pueden generar, debe ser atajado. Y para esta noble tarea, hay que convertirse en un CAZAFANTASMAS.

Habría que preguntarse por el tipo de cultura de la organización:

  • ¿Cómo actúan las personas con más «poder, son respetuosas?
  • ¿Se permiten las malas formas?
  • ¿Hay una normativa clara referente al mal trato?
  • ¿Están claras las consecuencias del incumplimiento?

Cuanto más reglada, consensuada e integrada la cultura de la organización, más fácil será gestionar la comunicación y conductas tóxicas.

A todas aquellas personas que sufren las malas formas, mucho ánimo y mucha fuerza!! Y que sepáis que todos llevamos un GHOST HUNTERS en nuestro interior!!!

 

Alberto Arqued

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