gamificación

Aunque no tan nueva, se trata de una metodología muy influyente para motivar a equipos de personas, y que con la digitalización de las empresas está expandiéndose a gran velocidad. Con la creación de nuevas comunidades virtuales, grupos en redes sociales y webs corporativas, se hace necesaria una mayor participación de los usuarios. Y en muchas ocasiones, la forma de lograr esa proactividad es a través de la gamificación.

El buen uso de estas estrategias permite pasar de conectividad a compromiso, o al conocido engagement, con el que se consigue que tanto trabajadores como clientes se impliquen de forma más intensa con la marca y sus acciones tanto virtuales como presenciales.

Cada empresa hace uso de estas técnicas por diferentes motivos, pero los objetivos principales por los que se puede usar una campaña de gamificación son los siguientes:

  1. Fidelizar a clientes y/empleados a la marca de la empresa y atraer a nuevos usuarios.
  2. Animar a hacer tareas que puedan resultar aburridas o pesadas, y convertirlas en atractivas.
  3. Optimizar tareas y crear incentivos para hacerlas mejor.

Pero, ¿cómo hacerlo? Existen diferentes métodos, aquí tienes algunos ejemplos de cómo articular un proceso de gamificación a través de diversas mecánicas.

  • Sistema de logros y recompensas: A cambio de llevar a cabo una serie de tareas o acciones, se emite una recompensa o reconocimiento de su logro en forma de premio al usuario o empleado.
  • Progresión: De esta manera el usuario puede ver que sus esfuerzos tienen una progresión real y visible. Un buen ejemplo puede ser la barra de empleabilidad que usamos en Linkmyjob en la que los usuarios pueden comprobar que a medida que van rellenando su perfil y todos sus datos, el sistema reconoce que su candidatura tiene más probabilidades de ser seleccionada por una empresa.
  • Niveles: Si el sistema tiene diferentes niveles y el usuario va ascendiendo, también verá su esfuerzo y dedicación reconocidos. Los niveles son una técnica visible en los foros de debate o por ejemplo en la compañía Blablacar, donde se premia la fidelidad en los participantes asignando roles como “principiante”, “avanzado”, “experto” o “embajador”, y dándoles así cierto prestigio a los usuarios con un nivel superior.
  • Puntos: Este es el sistema que se lleva utilizando desde hace más tiempo y consiste en premiar a los usuarios con puntos, sistemas de clasificación y la existencia de un ranking.

Sin embargo, también existen técnicas más pequeñas con las que conseguir buenos resultados. Implementar la gamificación en tu empresa no siempre tiene porqué significar llevar a cabo un gran proyecto de grandes costes, sino que puede ser más fácil de lo que parece si tenemos en cuenta ciertos aspectos. ¿Cuáles?

Para empezar, los mandos altos y directivos de la empresa deben estar al corriendo de estas técnicas y apostar por ellas incondicionalmente. Ellos suponen un ejemplo para el resto aunque sea de manera inconsciente. Los responsables de Recursos Humanos también son imprescindibles en este proceso, ya que deben ser los encargados de modelar un sistema de objetivos y recompensas con el que motivar a los empleados.

Por otro lado, algo muy importante para estas técnicas es que cada actividad en la que se aplique la gamificación tiene que perseguir un objetivo real y empresarial, como por ejemplo, aumentar las ventas o los seguidores de una red social. Si no hay una utilidad real detrás, la motivación no podrá sostenerse solo en la recompensa. Una recompensa que además, no siempre tiene porqué ser algo material.

Además, para mantener viva la implicación en el juego es imprescindible que se muestre la evolución del concurso en todo momento así como la posición que ocupa cada empelado o usuario. Las normas de las dinámicas y el objetivo que tiene la actividad también deben ser compartidos con los implicados y es tan importante medir la consecución de objetivos de la empresa como las destrezas y las habilidades de cada empleado para identificar sus fortalezas y debilidades. Por último, mantener viva la competición en los procesos de gamificación es esencial para lo que se han de respetar tanto las normas como los premios establecidos. Y aunque pueda parecer justo, no deberían ganar nunca todos los empleados o usuarios si quieres que la estrategia tenga efecto en próximas ocasiones.

alicia en el país de las maravillas

Para hablar de planificación estratégica nos vamos muchos años atrás, unos 150 años, nada menos, con el fin de rescatar algunas reflexiones que hizo ya el famoso Lewis Carrol en sus aún más famosas obras «Alicia en el país de las maravillas» y «Alicia a través del espejo».

¿Recuerdas cuando Alicia, en un momento del relato en que se miraba reflejada en un espejo, contemplaba cómo aunque corría con todas sus fuerzas, permanecía siempre en el mismo lugar?

Esto que le ocurría a Alicia es algo que puede suceder; de hecho sucede con más frecuencia de l que debería en muchas empresas. Y es que en un entorno de cambios que tienen lugar demasiado rápido, a veces hay que correr, correr mucho para, como mínimo, seguir en el mismo sitio. Y si avanzamos, ha de ser la dirección correcta, porque avanzar en una dirección equivocada puede ser peor, incluso, que no movernos.

La planificación estratégica en la organización juega un papel fundamental para evitar las consecuencias y supone una herramienta útil, efectiva y muy recomendable.

Planificación implica previsión, que significa «ver antes de». O lo que es lo mismo obtener la información necesaria para que, de una forma más o menos fiable podamos prever lo que sucederá en un futuro.
Quizá poniendo algún ejemplo con números entender el concepto planificación estratégica es más evidente… Bien, imaginemos que tenemos una previsión de un incremento de las ventas en un 10% en un plazo de 6 meses y el objetivo general de la organización es de un incremento en ese plazo del 12%; hay un 2% de diferencia que deberemos lograr intentado influir sobre el futuro ejecutando una serie de decisiones y acciones en torno a ese 2%. Esas acciones que giran en torno al 2% es lo que se conoce como planificación estratégica.

Al fin y cabo, la planificación estratégica es una herramienta que permite a la organización revisar su estructura y detectar tanto sus debilidades como sus fortalezas, ofreciendo la oportunidad de hacer frente al cambio de una manera eficaz.

Cualquier plan es siempre mejor que no tener ningún plan. Y así, nos viene a la mente otra escena de Alicia en la que habla con el gato Cheshire.

Alicia —¿Podrías decirme el camino que debo tomar para salir de aquí?, le pregunta.
Gato —Eso depende, en gran parte, del lugar al que quieras llegar, responde Cheshire
Alicia —No me importa mucho el lugar, dice nuestra dulce protagonista.
Gato —Entonces, tampoco importa mucho el camino que tomes, sentencia el gato.

delegarDelegar, repartir de manera estratégica las tareas y responsabilidades para sacar el máximo potencial del equipo, mejora la productividad, añade valor a la compañía y permite obtener mejores resultados.

Un líder que no sabe delegar, probablemente, tendrá un equipo que no funciona.
Sin embargo, delegar no es fácil…

Por qué no delegar es un error

 

Delegar mejora la productividad

Cuando una sola persona asume todas las responsabilidades y tareas, las funciones se resisten, resulta complicado cumplir con los tiempos, etc. Sin embargo, cuando se delega, se dividen los esfuerzos y se multiplican los resultados.

Al delegar algunas funciones y tareas, el líder contará con más tiempo para abordar otros objetivos, podrá añadir más valor. Pero, además, delegar aporta otra forma de hacer, otros puntos de vista, lo que puede ser beneficioso para el proyecto.

Delegar implica menos estrés y hace que fluya la comunicación

Como decíamos antes, no delegar puede llegar a desbordarnos y que tantas tareas y responsabilidades nos impidan llegar o llegar a tiempo a las metas impuestas. Lo que viene después es agobio, estrés, incluso frustración y desmotivación.

Delegar requiere de orden y planificación. Y esto puede hacer que pienses que te llevará más tiempo asignar las funciones a otros que hacerlas tu mismo. Te aseguramos que, en cuanto te decidas a ponerlo en práctica, verás resultados rápidos, se verá reducido tu nivel de estrés y, poco a poco irás necesitando menos indicaciones para comunicar y transmitir las indicaciones oportunas en cada momento.

Al delegar se refuerza el equipo

La confianza también entra en juego. Si muestras tu confianza en tus colaboradores, contribuirás a que se refuercen sus habilidades, a la vez que crecerá su motivación al notar que su opinión y manera de hacer las cosas cuenta y es importante para la organización.

 

Piensa en las necesidades de las personas en las que vas a delegar para desempeñar esas tareas: ¿necesitarán formación u otro tipo de recursos? Y, ten en cuenta que delegar no significa desentenderte de las funciones o tareas que has delegado, realiza un seguimiento para evaluar el desarrollo y evolución y también los resultados.

 

adicción a la productividad

¿Eres adict@ a la productividad? Pero, no nos referimos a esa que te permite avanzar en tus proyectos; nos referimos a los contenidos sobre productividad: los innumerables artículos, videos, infografías, eBooks, libros, informes y cursos que se pueden encontrar hoy en día y que parecen no ser nunca suficientes.

Probar nuevas herramientas o leer sobre métodos de productividad y experimentar diferentes formas de trabajar con todo ello puede ser bueno. Pero si hacerlo te consume gran cantidad de tiempo y no te permite obtener interesantes progresos, entonces no lo es tanto.

Te proponemos un plan en 5 pasos que te ayudarán a  vencer esa adicción a la productividad y a hacer más:

Reserva tiempo para aprender sobre productividad

Quizá te parezca a priori algo chocante que el primer paso sea precisamente reservar parte de tu tiempo a ello. Pero no es una locura. Si te gusta la productividad, es algo que está muy bien, reconocerlo y buscar la forma en la que no interfiera en tu trabajo y tareas importantes es la clave.

Es por eso que te recomendamos que reserves un tiempo prudencial a la semana que puedas dedicar a leer, informarte, descargarte y probar apps o herramientas de productividad, etc.

Un aspecto importante es que incluyas este tiempo en tu calendario. Así sabrás y tendrás siempre a la vista cuándo es el momento de dedicarle tiempo y evitarás caer en el pozo de la productividad a primera hora de la mañana cada día.

Identifica las áreas en las que precisas ayuda

Con esto nos referimos a que te enfoques en algunas áreas concretas. Te ponemos un ejemplo, si acaba de arrancar tu negocio y te interesa conocer todo sobre la productividad en equipo para potenciarla entre tus colaboradores, en lugar de ver, leer y absorber todo lo que encuentres sobre productividad, discrimina contenidos y céntrate solo en aquello que te da las pautas para la productividad en equipo.

Siempre tendrás tiempo más adelante para adentrarte en otros terrenos que seguramente también te interesan, pero que ahora no son la prioridad.

Desarrolla tu propio sistema

Es habitual, sobre todo para los apasionados de la productividad, cambiar y reorganizar toda su vida y manera de gestionarla para adaptarla al nuevo método que han descubierto. Lo cierto es que esto puede resultar, en el mejor de los casos, incluso divertido, pero no siempre es efectivo y representa una gran inversión de tiempo que no siempre es recompensada.

No es habitual que el sistema de otra persona, por bueno que sea, se adapte 100% a tus necesidades. Por ello te recomendamos que rescates los aspectos que más te sirven de todo lo que has visto, leído o probado y desarrolles tu propio método, uno totalmente personalizado.

Despréndete de todas las ideas que tenga sobre sistemas y herramientas. En lugar de eso, concéntrate en determinar qué es lo que necesitas… y trabaja para desarrollarlo.

Entiende por qué postergas o procrastinas

A veces estar «enganchad@» a la productividad es una excusa para postergar, procrastinar, aplazar las tareas pendientes y las obligaciones. Si es tu caso, conviene que vayas a la raíz y entiendas por qué procrastinas.

Lo cierto es que la procrastinación es un tema que da para hablar largo y tendido. Lo anotamos a nuestra lista de temas a tratar en el blog… Pero ahora, para no extendernos demasiado te recomendamos que, si has de procrastinar, procures hacerlo de manera productiva. ¿Y esto es posible? Sí.

La próxima vez que te sientas tentad@ a sucumbir, identifica una tarea importante, aplazable, que podrías estar haciendo en ese momento. Procrastina productivamente.

Prioriza. Ponle número

Establecer objetivos y seguir su progreso te ayuda a cambiar tus hábitos… Prueba a priorizar y asignar número a tus tareas.

Tener un objetivo concreto puede ser la motivación que necesitas para dejar de leer sobre productividad y ser una persona productiva.