¿FORMACIÓN EN HABILIDADES??
…Un camino para una buena formación
Hoy en día la oferta formativa en habilidades es enorme, existe una amplia carta de opciones para todos los gustos y necesidades. Programas que son unos clásicos, enfoques nuevos fruto de descubrimientos científicos, otros totalmente innovadores o transgresores,…
Pero hay cosas que es difícil enseñar.
- ¿Se puede enseñar a respetar
- ¿y a enseñar a escuchar?
- ¿es fácil enseñar a ponerse en la piel del otro?
- ¿Se puede enseñar a dirigir?
En cierto modo SI, aunque no de manera mecánica, ni con exámenes basados en el conocimiento.
Lo que se puede hacer es hablar sobre el tema, analizar la realidad vs lo deseado. En una época en lo que los importantes son las métricas e indicadores (porque “lo que no se puede medir, no se puede gestionar,…”), el examen que hay que hacer es de conciencia, y para ello es básico:
- Tener inquietud, ganas de mejorar
- Hay que tener consciencia, saber en qué está fallando
- Practicar la humildad para reconocer mi responsabilidad
- Concretar qué estoy haciendo mal y sus consecuencias
- Determinar qué debería hacer, concretar acciones
- Comprender las consecuencias de esas acciones
- Determinar qué valores deseo, y que acciones son consecuentes a los mismos
- ACTUAR
Por tanto, cualquier formación en habilidades, debería entenderse como un camino, un proceso de cambio que afecta a lo más profundo de la persona, no a una estrategia de capacitación cortoplacista e interesada. Implica y requiere la participación de la persona en TODO SU SER, su alma, su estómago y su capacidad cognitiva.
Cualquier programa que no incluya las dimensiones espiritual, física y cognitiva de la persona, difícilmente se consolidará a largo plazo en las formas de organizarse y relacionarse las personas.
La forma de relacionarse las personas en diferentes circunstancias, como pueden ser los conflictos, la movilización para llevar a cabo unos retos, el determinar procedimientos, el asumir y/o asignar responsabilidades,…. determina y conforma los valores de la organización.
Este tipo de “formación” de la que hablo, tiene más que ver con el respeto, la educación, la generosidad, la coherencia, la humildad, la seguridad, la transparencia, la firmeza, la justicia y el amor, que con técnicas y métodos. Estos últimos, pudiendo ser útiles, caerán en saco roto si no se dan los anteriores.