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CULTURA, CODIGO COMPARTIDO Y DISCIPLINA

Existen unos colectivos que son modelos de éxito organizativo, pues cumplen con su misión, están presentes en los 5 continentes, permanecen en el tiempo y consideran a sus integrantes en su dimensión física, cognitiva y espiritual.

Me inspiro en la forma de organizarse de las comunidades benedictinas y en los equipos de rugby, tan diferentes en lo superfluo y tan iguales en lo esencial.

 

Ambos colectivos gestionan la disciplina informando tanto de lo que se espera, como de lo que se desea evitar, pero no acaban ahí, también explican desde el respeto, las consecuencias de la transgresión,… Y a partir de ahí, se actúa en consecuencia. Tener en cuenta ese código compartido hace que la organización como unidad, sea eficiente. Pero para ello hace falta «obediencia» que para muchos es sinónimo de pérdida de libertad,… cuando en el fondo y siempre que las reglas estén bien definidas, son herramientas para hacernos ganar energía, tiempo y eficiencia colectiva. También es cierto que un cuestionamiento desde la humildad y el respeto, hace evolucionar el sistema, y este hecho, está contemplado en el mismo.

A modo de ejemplo, cuando circulamos por la ciudad, para hacerlo bien, debemos conocer el código de circulación y además hay recordatorios como el «se avisa grúa», y por supuesto, «la grúa», por no hablar de los radares, sus bonitas fotos, y la multita que te envían.

Hace años recuerdo que iba a comprar un regalo, tenia prisa y no encontré sitio para aparcar, así que dejé el coche encima de la acera… me salió carísima la broma: taxi, grúa y multa,… Pero desde entonces aparco de maravilla 😉💪.

Para cualquier colectivo, deben pactarse unas normas básicas de convivencia y organización, es clave explicarlas bien, reforzarlas en positivo y por supuesto, explicar también las consecuencias del «no cumplimiento», el código disciplinario.

Este último aspecto, es menos popular, no venderá mucho, pero es necesario, cuando se da la trasgresión, forma parte del proceso educativo  a cualquier edad y es ser consecuente y respetuoso con quiénes si respetan ese código común aceptado*, camino necesario para que un miembro se integre en esa organización, haciendo suya la cultura que la caracteriza.

*Aceptado?? Bueno eso daría para otro post…

Alberto Arqued

Sede21 Search & Development

 

alicia en el país de las maravillas

Para hablar de planificación estratégica nos vamos muchos años atrás, unos 150 años, nada menos, con el fin de rescatar algunas reflexiones que hizo ya el famoso Lewis Carrol en sus aún más famosas obras «Alicia en el país de las maravillas» y «Alicia a través del espejo».

¿Recuerdas cuando Alicia, en un momento del relato en que se miraba reflejada en un espejo, contemplaba cómo aunque corría con todas sus fuerzas, permanecía siempre en el mismo lugar?

Esto que le ocurría a Alicia es algo que puede suceder; de hecho sucede con más frecuencia de l que debería en muchas empresas. Y es que en un entorno de cambios que tienen lugar demasiado rápido, a veces hay que correr, correr mucho para, como mínimo, seguir en el mismo sitio. Y si avanzamos, ha de ser la dirección correcta, porque avanzar en una dirección equivocada puede ser peor, incluso, que no movernos.

La planificación estratégica en la organización juega un papel fundamental para evitar las consecuencias y supone una herramienta útil, efectiva y muy recomendable.

Planificación implica previsión, que significa «ver antes de». O lo que es lo mismo obtener la información necesaria para que, de una forma más o menos fiable podamos prever lo que sucederá en un futuro.
Quizá poniendo algún ejemplo con números entender el concepto planificación estratégica es más evidente… Bien, imaginemos que tenemos una previsión de un incremento de las ventas en un 10% en un plazo de 6 meses y el objetivo general de la organización es de un incremento en ese plazo del 12%; hay un 2% de diferencia que deberemos lograr intentado influir sobre el futuro ejecutando una serie de decisiones y acciones en torno a ese 2%. Esas acciones que giran en torno al 2% es lo que se conoce como planificación estratégica.

Al fin y cabo, la planificación estratégica es una herramienta que permite a la organización revisar su estructura y detectar tanto sus debilidades como sus fortalezas, ofreciendo la oportunidad de hacer frente al cambio de una manera eficaz.

Cualquier plan es siempre mejor que no tener ningún plan. Y así, nos viene a la mente otra escena de Alicia en la que habla con el gato Cheshire.

Alicia —¿Podrías decirme el camino que debo tomar para salir de aquí?, le pregunta.
Gato —Eso depende, en gran parte, del lugar al que quieras llegar, responde Cheshire
Alicia —No me importa mucho el lugar, dice nuestra dulce protagonista.
Gato —Entonces, tampoco importa mucho el camino que tomes, sentencia el gato.