Alianza = compromiso

Para empezar, hay que tener presente que en las organizaciones, las alianzas se pueden dar de manera formal o informal.

Hablar de ALIANZAS puede llevar las siguientes connotaciones por los siguientes motivos:

  • Camarillas
  • Grupos de presión
  • Partidismos
  • Enfrentamientos
  • Oportunidades
  • Complementariedad
  • Diversidad

También pueden aparecer alianzas entre los miembros de la organización, o entre estos y otros externos al grupo.

Así que desde aquí queremos analizar el significado de la ALIANZA, como camino necesario para el desarrollo, y para el crecimiento, individual y grupal.

Este camino podría seguir las siguientes fases:

  1. Una primera ALIANZA entre el grupo y un ente superior, (“Dios”, “sociedad”, “Naturaleza”, ”humanidad”,…)
  2. Una razón de ser de esa alianza, plasmada en la Misión.
  3. Una segunda ALIANZA, entre todos los miembros de esa organización, con una misión, visión y valores compartidos.

Analizando organizaciones de éxito, donde sus miembros muestran compromiso, implicación y orgullo de pertenencia, confirmamos que esa actitud es una consecuencia natural.

Y podemos afirmar que esa consecuencia viene causada por la manera concreta de relacionarse, de las reglas que les rigen y de los objetivos que se marcan, a nivel individual y colectivo.

También son importantes las formas y los ritos, que ayudan a escenificar y a materializar las diferentes fases evolutivas  de cada uno de los miembros y del grupo.

Finalmente en el modelo que prescribo, la persona que se incorpora pasado un periodo de prueba, se compromete públicamente ante la comunidad a trabajar y a relacionarse de una manera determinada, coherente a los valores compartidos. Escenificando una ALIANZA, que refuerza al colectivo.

Alberto Arqued

Ceo & Founder sede21

COMO APRENDER DEL FRACASO

Para empezar, hay que tener presente que aprender del fracaso, es una elaboración posterior, es la consecuencia de una ACTITUD determinada ante unas circunstancias adversas.

Hablar del fracaso nos cuesta por los siguientes motivos:

  • No “vende”
  • Tememos que pueda ser “contagioso”
  • Nos recuerda nuestra propia vulnerabilidad
  • Rompe con la imagen idealizada que nos montamos (esto no me puede pasar a mi)

 

Como consecuencia, se estigmatiza y etiqueta a la persona, y el sistema excluye a esos elementos incómodos.

Así que desde aquí proponemos otra visión del fracaso, como camino necesario para el desarrollo, y para el crecimiento.

Este camino podría seguir las siguientes fases:

  1. El fracaso nos conduce a la humildad, nos hace bajar de nuestro pedestal omnipotente
  2. Las penas nos llevan a enriquecer nuestra experiencia.
  3. El sufrimiento que experimentamos, hace que “al tocar fondo”, estemos dispuestos a obedecer, a escuchar.
  4. La experiencia y la obediencia, son el camino para nuestra recuperación y desarrollo.
  5. Con el tiempo experimentamos gratitud y paz espiritual.
  6. Finalmente vivimos con ánimo de compartir en serenidad.

Sin embargo, esto que parece tan sencillo, no lo es tanto, es un proceso natural, biológico y espiritual, intervienen nuestros valores y creencias (en función de nuestra forma de vida, ese camino será más o menos largo).

Las personas que consigan “levantarse”, recuperarse y avanzar, aprovechando esa experiencia y reconciliándose con su pasado, presentarán un “perfil” más rico en matices, más completo.

Finalmente, confirmar que aquellas personas que han podido superar esas situaciones, presentan mayor grado de ascendencia, están legitimados para ayudar a los demás, para cohesionar, para exigir y corregir.

 

Alberto Arqued

Ceo & Founder sede21

 

Sentimiento de pertenencia

 

Sentimiento de pertenencia vinculado a unos valores compartidos, al respeto a unas tradiciones, a una evolución de sus miembros, al sacrificio individual por el bien de la comunidad,…

¿Cómo se logra el sentimiento de pertenencia?

Para empezar, hay que tener presente que el orgullo de pertenencia es la consecuencia de una cultura, intervienen varios aspectos:

 

Como consecuencia, podemos afirmar que ese sentimiento de pertenencia va vinculado a aspectos tangibles, y sobre todo a aspectos intangibles.

Así que para lograr tan deseado sentimiento en los miembros que conforman una organización, hay que trabajar duro, concretando unos valores, unas normas y unas funciones compartidas por todos.

Sin embargo, esto que parece tan sencillo, no lo es tanto, deben confluir aspectos normativos, y una concepción humanista que tenga en cuenta y valore el sacrificio, la humildad, la obediencia,… la generosidad, el trabajo en equipo.

El sentimiento de pertenencia NO SE PUEDE ENSEÑAR, “la comunidad”, “la organización” debe  ganárselo.

En resumen, y para empezar a trabajar este apreciado sentimiento propongo reflexionar los siguientes aspectos:

  • La misión, ¿es coherente a lo que quiero en mi vida?
  • Perfil, ¿se me valora por lo que tengo, por lo que sé, o por lo que soy y puedo llegar a ser?
  • Que se ofrece, ¿Sólo aspectos materiales o también ascendencia, reconocimiento,…?
  • Claridad en las normas, ¿son para todos igual, o hay discriminaciones?
  • Valoración de la veteranía

Finalmente, confirmar que aquellas personas que afirman orgullo de pertenencia, defienden el proyecto, la comunidad y a sus miembros, buscando el beneficio común al individual.

Alberto Arqued

Ceo & Founder sede21

 

La importancia de una buena formación es clave.

Para empezar, hay que tener presente que las personas en las organizaciones estamos inmersas en el cambio. Cambia la formación, los mercados, las tecnologías, los procesos, los productos y servicios,…

Como consecuencia, es vital capacitarse. Hoy en dia la oferta de formación es enorme, existen herramientas, métodos y sistemas para casi todo.

Así que ¿quieres aprender idiomas?, en tres meses. ¿Necesitas usar una hoja de cálculo?, sigue el tutorial. Deseas aprender a hablar en público?, sigue estos pasos.

Por desgracia, la visión mecanicista imperante, ha hecho que durante muchos años, en las escuelas de negocio, se haya puesto la atención en saber:

  • Interpretar balances, cuentas de resultados, ratios financieros, ebitdas,…
  • Analizar datos de mercado
  • Diseñar estrategias comerciales y de marketing
  • Organizar sistemas productivos
  • Gestionar costes
  • Organizar almacenes,…

Sin embargo, ha sido tras una crisis prolongada en el tiempo, cuando se está empezando a cambiar de paradigma, donde se incide en la importancia de trabajar y tener en cuenta a la personas de manera «integral», no sólo como el «recurso» necesario,…

Pero siendo todo ello necesario, sigue sin ser suficiente. Para que cualquier formación técnica tenga éxito, la persona que la recibe debe tener una actitud determinada.

Que difícil es mejorar la manera de «organizarse», de «comunicarse» y de «relacionarse».  Simplemente NO SE PUEDE ENSEÑAR.

Por suerte, se puede reflexionar sobre el tema, debatir, filosofear y explicar la teoría,… pero es como ir en bici, hay que lanzarse, caerse y volverse a levantar. Pedalear y pedalear.

En resumen, los líderes y buenos jefes, son aquellos que actúan siendo coherentes a lo que esperan de sus equipos. Acompañan, caminan juntos, predican con el ejemplo, refuerzan buenas prácticas y corrigen las que no lo son.

Finalmente, estos empresarios y directivos, apuestan no sólo por una capacitación técnica, sino también por consolidar una cultura (forma de relacionarse, comunicarse y organizarse) que antepone la dignidad del ser humano.

Por consiguiente,  con unos valores que promueva el respeto, la obediencia, la fraternidad, la disciplina, el apoyo,… están ayudando a mejorar la vida de las personas y la sociedad.

Seamos valientes a la hora de diseñar acciones, programas y talleres, que promuevan el respeto, la confianza, la obediencia, la tolerancia,… intentando consolidar una manera de organizarse, comunicarse y relacionarse, que promuevan nuestros valores.

 

Alberto Arqued

Ceo & Founder sede21

¿Qué buscamos cuando buscamos?

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Todos tenemos experiencia en búsqueda y selección, cada día tomamos decisiones, y escogemos de entre varias posibilidades.

Buscamos y seleccionamos consumibles, gadgets, prendas de vestir, complementos, ¿Qué zapatos me pongo, qué camisa,…?.

Cuando la búsqueda y selección nos supone un esfuerzo importante  analizamos y reflexionamos en profundidad desde diferentes enfoques. Si tenemos que escoger un destino turístico, o una vivienda, o un coche, podemos estar días dándole vueltas, para acertar con la selección.

¿Y personas, seleccionamos personas?, pues claro que sí, TODOS. Cuando interactuamos y nos relacionamos, cuando decidimos llamar a ese amigo que hace tiempo que no vemos, cuando decidimos ser amables y agradables, o intransigentes y distantes.

Con la selección de personal, el problema es que la concepción que impera en nuestro entorno, es materialista y mecanicista.

– ¿Cómo dice que lo quiere?

– Lo quiero con esta formación superior, con este máster, con 5 años de experiencia en este sector, que hable este idioma y este otro, con 3 kilos de esta competencia y 500 gramos de esta otra. Y con esta franja de edad.

Si hablásemos de la selección de un coche, sería algo parecido: quiero esta marca, esta cilindrada, con estos caballos, turbo diesel, kilómetro cero o como mucho con 10.000 km.

– Tomo nota! ¿Algo más?

– Si, implicado 100 %, obediente y fiel, que aporte soluciones y resultados a corto plazo. Con potencial, pero que no nos genere problemas. Que tenga expectativas económicas justitas, ah! y buena presencia.

Con fuerza, ABS, automático, fiable y sólido. Que consuma poco y transmita esto o aquello.

Vamos a dar otra vuelta con el coche, nota la fuerza, y mire que nobleza, como responde,…

Como head hunter tengo la  suerte de trabajar con organizaciones – personas, que además de exigir unas titulaciones, conocimientos, habilidades y experiencias determinadas,  necesarias para desarrollar con éxito, no se quedan ahí.

Saben que eso puede ser necesario, pero no es suficiente. Valoran y requieren unos aspectos relacionados con la actitud, el grado de generosidad, espíritu de sacrificio,  bondad, humildad, disciplina y una sana ambición.

Preguntas para todos los que seleccionamos:

Cuando hemos estado en el otro lado, (tal vez algún día lo estaremos), ¿por que deseamos ser valorados, que podemos aportar? ¿Sólo lo que está escrito en el cv?.

Alberto Arqued

Ceo & Founder  Sede21

DIRIGIR, DIRIGIRSE Y SER DIRIGIDO

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Ejercer una dirección, implica dirigir a los demás y dirigirse uno mismo. Y estas acciones se oponen a la experiencia pasiva de ser dirigido.

La experiencia de ser dirigido, entendida como la percepción y aceptación consciente de aquello que nos influye y por tanto la decisión de dejarse influir por algo o alguien.

Dicho esto, la experiencia de ser dirigido constituye un importante complemento a la de dirigir a los demás y dirigirse a uno mismo.

Conlleva un consentimiento plenamente consciente, aceptación y también entrega.

A menudo la idea que nos formamos del ejercicio directivo es parcial, pues en ella sólo aparece la dimensión del obrar y dar forma a las cosas.

Por el contrario, la experiencia de estar sujeto, de ser dependiente, de adaptarse y consentir, se reprimen y silencian, o se valoran negativamente como un estar expuesto.

El primer paso para corregir esta forma de ver las  cosas consiste en hacerse consciente de las muchas influencias que recibimos y de con cuanta frecuencia seguimos de manera automática e irreflexiva determinados modelos de conducta.

Dirigir y ser dirigido se condicionan y complementan mutuamente y se integran en un todo. No se puede comprender nada aisladamente.

Así pues, las personas, las organizaciones, los sistemas de valores, es “espíritu“de la casa y también la cultura de la empresa dependen unos de otros y se influyen mutuamente.

En la práctica somos dirigidos de muchas maneras. Nos dirigen:

  1. Las varias personas con las que estamos relacionados (es inevitable que nos influyan).
  2. Los valores, las máximas y el concepto de vida que hemos interiorizado. Guían nuestra percepción de las cosas, nuestras vivencias y percepciones.
  3. Órdenes inconscientemente asumidas y lealtades ocultas. Estas pueden determinar nuestra conducta más allá de la lógica y la razón.
  4. Casualidades y azares del destino, las cuales o bien combatimos o bien aceptamos.
  5. Las personas a las que nos subordinamos conscientemente: ante ellas practicamos la obediencia conscientemente.

Alberto Arqued

Ceo & Founder  Sede21

 

 

UN NUEVO ENFOQUE DE LA VISIÓN

 

Visión, las personas con responsabilidad directiva deben ver más allá, y para ello, deben primero aprender a mirar en su interior.

Visión, las personas con responsabilidad directiva deben ver más allá, y para ello, deben primero aprender a mirar en su interior.

 

Una vez se ha determinado la misión de la organización, su razón de ser, muchas empresas proyectan y explicitan su visión, donde se quiere estar, que se quiere conseguir a medio y largo plazo.

En los últimos años, muchas tienen como objetivo inmediato resistir. A a partir de ahí vale la pena trabajar donde queremos estar, qué queremos ser. Desde hace tiempo, hablar de gestión y estrategia va ligado a concretar y definir la misión, la visión y los valores.

Los beneficios son múltiples:

  1. Mejora la comunicación, compartiendo información estratégica, aclarando dudas
  2. Se orienta la atención y los esfuerzos hacia una “visión” compartida
  3. Los objetivos y las acciones adquieren una coherencia en pro de esa meta.

Las personas, con unos objetivos comunes, deben saber “ver” más allá de las funciones “mecanicistas” propias de su puesto.

Desde este blog, propongo analizar “la visión” de una manera diferente, complementaria y necesaria, que sería como sigue, una vez hemos analizado hacia donde desea ir la empresa:

  1. Donde estoy yo  y donde quiero estar
  2. Qué hago y qué deseo hacer
  3. Cómo estoy y cómo quiero estar en el futuro
  4. Cómo me relaciono y cómo deseo hacerlo

Realizar este ejercicio es básico, independientemente del rol que se ejerza en la organización.

Para que una VISIÓN sea compartida y asumida, ayudando a alinear esfuerzos, a promover la cooperación y la comunicación, debe contemplar el desarrollo de las personas, a la vez que el de la organización.

Este desarrollo no tiene porqué ser en términos materiales ni económicos, pero el “sistema”  debe contemplar el desarrollo de las capacidades, de responsabilidades, ascendencia, reconocimiento,…

 

 

Alberto Arqued

Ceo & Founder  Sede21

REFLEXIÓN SOBRE OBEDIENCIA

Obediencia … 6 Y dirigiéndose a los maestros espirituales: «Quien os escucha a vosotros, me escucha a mí». 7 Los que tienen esta disposición prescinden al punto de sus intereses particulares, renuncian a su propia voluntad 8 y, desocupando sus manos, dejan sin acabar lo que están haciendo por caminar con las obras tras la voz del que manda con pasos tan ágiles como su obediencia. RB Cap. V  

Obediencia … 6 Y dirigiéndose a los maestros espirituales: «Quien os escucha a vosotros, me escucha a mí». 7 Los que tienen esta disposición prescinden al punto de sus intereses particulares, renuncian a su propia voluntad 8 y, desocupando sus manos, dejan sin acabar lo que están haciendo por caminar con las obras tras la voz del que manda con pasos tan ágiles como su obediencia. RB Cap. V

 

Cuando se habla de obediencia, de forma directa o indirecta, surge el tema del liderazgo. Obediencia, vulgarmente lo entendemos como “hacer caso” a quien ostenta el poder, es erróneo. Etimológicamente, proviene del vocablo latín oboedire, formado por el prefijo ob que indica enfrentamiento, oposición, y audire, que significa escuchar.

Por tanto, “saber escuchar” estar atentos no sólo “oír”, sino captar, analizar y pensar bien, entonces estaremos en disposición de discernir y libremente escoger seguir lo que tenemos que hacer.

Como jefes nos gusta que nos obedezcan, pero muchas veces nos olvidamos de lo difícil que puede llegar a ser hacerlo. El otro día leí una frase muy conocida de Stephen Covey, que habían transformado en clave espiritual, decía así:

“Siembra un pensamiento y recoge un deseo, siembra un deseo y recoge una acción, que podrá ser buena o mala.  Siembra una acción y recoge una costumbre, siembra una costumbre y recoge un hábito, que podrá ser virtuoso o vicioso.  Siembra un hábito y recoge un carácter, siembra un carácter y recoge tu destino, tu vida”.

Todo jefe que desee la «obediencia» debería ser capaz de ponerla en práctica. Y nos sorprendería ver lo difícil que puede resultar para muchas personas, llevar a cabo eso que pretenden que hagan los demás, poner en práctica la obediencia.

  1. Empecemos por obedecernos a nosotros mismos. Para ello concretemos  unos pensamientos, «tiremos» de nuestros ideales, referentes, guía, faro, ejemplo a seguir,… obtengamos unos deseos, unos objetivos.
  2. Que estos deseos nos mueva a la acción de manera continuada.
  3. Analicemos nuestra actitud, las dificultades, la satisfacción ante los éxitos.

Muchas personas con responsabilidad sobre personas son incapaces de “obedecerse” a sí mismos, de hacerlo de manera continuada.

Si lo hiciesen, aumentaría su ascendencia sobre las personas, pues serían conscientes de lo difícil que es la obediencia y esta experiencia les legitimaría para que los demás hiciesen lo mismo, con unas consignas compartidas.

Alberto Arqued

Ceo & Founder  Sede21

Resoluciones diarias

Planificar a medio y largo plazo, es necesario. Pero debe traducirse en el día a día, para que esa teoría, marco y guía, se convierta en acción.

Planificar a medio y largo plazo, es necesario. Pero debe traducirse en el día a día, para que esa teoría, marco y guía, se convierta en acción.

 

Un Año Nuevo: 12 meses, 52 semanas, 365 días, 8.760 horas, 525.600 minutos- una ocasión de considerar direcciones, objetivos y acciones.

Tengo que hacer algunos planes para vivir una vida normal, pero también tengo que vivir emocionalmente dentro de un marco diario, porque así no tengo que hacer resoluciones de Año Nuevo.

Puedo hacer de cada día un día de Año Nuevo. Puedo decidir, “Hoy haré esto… Hoy haré aquello…”

Cada día puedo medir mi vida y tratar de hacerlo un poquito mejor, decidir seguir la voluntad de Dios (o de mi poder superior) y hacer un esfuerzo para poner en acción los principios de nuestro programa, de nuestra regla.

La misión  mi razón de ser y de hacer, debe ir acompañada de un plan, unas reglas,… que me ayuden en el camino para conseguirla.

Las personas con responsabilidad deben cuidar su dimensión emocional, para su propia estabilidad y también para facilitar la de las personas en su entorno.

Cuantos “jefes” fracasan en su misión  por proyectar en los demás sus miserias, sus frustraciones. Víctimas de su propia incompetencia para lidiar con sus limitaciones, para aceptar sus circunstancias.

Para cuidar un árbol, es necesario tener en cuenta y cuidar:

  • lo que se ve, como son el tronco, ramas, hojas, flores, aspectos externos como viento, horas de sol/sombra, cantidad de lluvia,…
  • los aspectos que aunque no se ven, son igual o más importantes: tipo de suelo, humedad de la tierra, salud de las raíces,  existencia o no de hongos,…

Planificar y actuar en consecuencia, en el día a día, sabiendo que no sólo está en nuestras manos y que hay procesos,  en que debemos hacer lo correcto, pero que no podemos acelerar, dependen de un ritmo natural, no artificial.

 

Alberto Arqued

Ceo & Founder  Sede21

La instalación del Ceo

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1 En la ordenación del abad siempre ha de seguirse como norma que sea instituido aquel a quien toda la comunidad unánimemente elija inspirada por el temor de Dios, o bien una parte de la comunidad, aunque pequeña, pero con un criterio más recto. 2 La elección se hará teniendo en cuenta los méritos de vida y la prudencia de doctrina del que ha de ser instituido, aunque sea el último por su precedencia en el orden de la comunidad. La instalación del abad RB Cap LXIV

¿Cómo se escoge al máximo responsable de una organización? Independientemente de cómo se haya llegado a ocupar esa posición de máxima responsabilidad, el Presidente, CEO, DG,… puede diseñar y prever el sistema que determinará su sucesión en el cargo.

En la cultura occidental, está muy extendida la idea de que para tener éxito hay que promocionar en la jerarquía y asumir posiciones de poder.

Tenemos la falsa creencia de que para realizarse profesionalmente, hay que conseguir “ascender”. Bajo esta concepción, se dan varios escenarios, entre otros:

  1. La persona trabaja duro, asumiendo retos cada vez de mayor incidencia en el devenir de la empresa,… hasta alcanzar “su techo”.
  2. O bien la persona se estanca y acomoda en su zona de confort, habiendo alcanzado su nivel de “incompetencia”.

En ambos casos, el valor está vinculado a la aportación, directa o indirecta, de la persona, a la cuenta de resultados.

Esta visión proviene de una concepción mecanicista, siendo el premio que la persona consigue, mayor poder y bienes materiales.

Muchos ejecutivos se dan cuenta de que todo aquello por lo que han luchado, no les hace felices, se dan cuenta, de que hace falta algo más.

Si la instalación del CEO, se hace de forma consensuada por los demás miembros, la persona escogida,  percibirá la gran responsabilidad, la enorme misión que su cargo conlleva.

La veteranía puede ser un grado, aunque también una persona con menor trayectoria pero méritos suficientes, puede ejercer esa función de forma igualmente digna.

Tras miles de entrevistas de trabajo y analizando las respuestas a la pregunta:” ¿Qué tal eran tus jefes, cómo los describirías?”, las respuestas se podían englobar en dos bloques:

  • Aquellos Jefes que actuaban con ánimo de ayudar a la persona, en paralelo a la consecución de unos objetivos cuantitativos.
  • En el otro bloque, donde encajaban la mayoría, a aquellos que transmitían como principal objetivo, la consecución de unos “hitos” empresariales.

Es importante reflexionar sobre que se espera de la persona responsable de la empresa, del departamento,… ¿qué esperamos nosotros de nuestros jefes? ¿Cómo queremos ser recordados?, ¿qué es lo verdaderamente importante?